La ausencia de lo que ha pasado



El jueves 20 de diciembre inauguro la exposición individual La ausencia de lo que ha pasado, en el Espacio F del mercado de Fuencarral. Las obras presentadas en este proyecto expositivo: Narraciones Caminadas, PerimetríasRuta Ultrapotásica, son tres obras que giran en torno a una de las líneas principales que sigue mi trabajo. Estos proyectos utilizan el caminar como forma básica de experiencia y todo el material de documentación de esta experiencia constituye la obra que se podrán ver en sala. Las piezas, a su vez, invitan a los espectadores a realizar esa misma experiencia, ofreciendo una serie de materiales que permiten repetir las caminatas. 



"Sin duda alguna, los procesos del caminante pueden registrarse en mapas urbanos para transcribir sus huellas (aquí pesadas, allá ligeras) y sus trayectorias (pasan por aquí pero no por allá). Pero estas sinuosidades en los trazos gruesos y en los más finos de su caligrafía remiten solamente, como palabras, a la ausencia de lo que ha pasado. Las lecturas de recorridos pierden lo que ha sido: el acto mismo de pasar. La operación de ir, de deambular, o de “comerse con los ojos las vitrinas” o, dicho de otra forma, la actividad de los transeúntes se traslada a los puntos que componen sobre el plano una línea totalizadora y reversible. Sólo se deja aprehender una reliquia colocada en el no tiempo de una superficie de proyección. En su calidad de visible, tiene como efecto volver invisible la operación que la ha hecho posible. Estas fijaciones constituyen los procedimientos del olvido. La huella sustituye a la práctica. Manifiesta la propiedad (voraz) que tiene el sistema geográfico de poder metamorfosear la acción para hacerla legible, pero la huella hace olvidar una manera de ser en el mundo."


Vivimos en espacios que están absolutamente connotados desde un punto de vista social y político. Nuestra cotidianidad se sitúa en lugares que son narrados previamente por una serie de discursos que construyen nuestros hábitos, nuestras formas, nuestros lenguajes, nuestros atributos e incluso nuestra forma de movernos.

Hay una relación entre lo postural y lo mental, entre lo corporal y lo emocional que tiene que ver con una suerte de elementos mezclados que definen, por ejemplo, que tal patrón de empuje se articule sobre tal patrón de comportamiento.

Andar, si es que andar es emprender la marcha, suele estar codificado bajo el estricto control del tránsito funcional. Uno “anda” para ir de un sitio a otro. Uno “camina” para ocupar el espacio que va desde lo público a lo privado, y viceversa. Para ir de casa al trabajo, del trabajo a casa. De casa a comprar, de comprar a casa. Puede que incluso uno camine para caminar, pero no como gesto, sino como acción sistematizada en el estricto espacio del ocio... Uno camina, entonces, porque tiene que caminar. Y poco más.

Pero caminar es otra cosa. Caminar, cuando es gesto, es una activación del patrón de la marcha que responde, simplemente, a la activación del patrón de la marcha. En ese momento, cuando la acción está desprovista de significado, caminar se impregna de un sentido político dirigido a convocar a lo improductivo. Es entonces cuando se dibuja el territorio, cuando el sujeto dibuja el territorio y cuando el territorio aparece sin mediación de los discursos. En ese preciso instante, porque a veces es solo un instante, caminar es caminar y no es otra cosa. Ahí está el camino.

No es perderse. Perderse indica que se está buscando algo. Buscar no sirve. Tampoco sirve Hallar. Es Encontrar, en todo caso. Porque Encontrar implica casualidad, implica que no se estaba buscando nada. Encontrar se parece más a caminar, porque también es gesto a veces.

Caminar, cuando es algo que no sirve para nada, cuando solo sirve para caminar, para invocar al camino, supone el acto más sublime que el hombre puede llevar a cabo. Hay algo en Caminar que pertenece a un momento de las cosas que está fuera de ellas.

Caminar, es como hacer Tiempo, o hacer Piedra. Son cosas que no están cuando las nombras, sólo cuando “están” por sí mismas, cuando tienen lugar. No es nada metafísico porque en cualquiera de los casos se da en un espacio, en un lugar, tiene una dirección material y concreta. Caminar existe. Caminar no es infinito. Caminar es marxista.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más.

(Extracto de Servir, de Eduardo Hurtado. Texto escrito para la exposición La ausencia de lo que ha pasado, de Antonio R Montesinos)

Espaciof_ Antonio r. Montesinos_ Edu Hurtado by Antonio R Montesinos

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Cuando: del día 20 de diciembre al 15 de enero.
Lugar: Espacio F. C/ Fuencarral, 45. Local 4 - Planta sótano - 28004 Madrid. Metro Tribunal o Gran vía.
Apertura al público general: L-S 12 -21.00 h.
Hasta 15 de enero.